lunes, 3 de septiembre de 2012

Arte Griego

La escultura griega
INTRODUCCIÓN
En Grecia se descubre el poder libre da la contemplación estética. Sin perjuicio de que las imágenes tengan un significado religioso, pueden atraer por su propia belleza. Surge así un sentido autonómico del arte.
El hombre se convierte en el protagonista del arte. Su evolución irá desde un arte casi abstracto en los primeros tiempos a un arte extremadamente realista basado más que en la plasmación de un determinado individuo, en la recreación de un tipo o especie. De ahí que sea un realismo idealizado.
La mayoría de las obras originales se han perdido y hoy podemos tener conocimiento de ellas a partir de copias romanas de épocas posteriores.
La importancia de la escultura griega es capital, ya que será el referente para todo el desarrollo de la escultura posterior en occidente.

Apolo de Belvedere
CARACTERÍSTICAS
Motivo predilecto de la representación fue la figura humana, mientras que el mundo animal y vegetal quedaron relegados a un segundo plano.
Constante preocupación por representar el cuerpo humano mediante un sistema correcto de proporciones.
Material principal fue la piedra (el mármol), pero a partir del siglo V a. C. se extendió el uso del bronce, mediante la técnica de fundición en hueco.
La escultura solía estar pintada para dotar de mayor realismo a las figuras. Pero sus colores se acabaron desprendiendo y durante mucho tiempo se tuvo la falsa creencia que los griegos preferían el color natural de la piedra a la policromía.

CRONOLOGÍA Y EVOLUCIÓN
Periodo arcaico
Siglos VII y VI a. C.
Se mantiene el concepto de estatua bloque creado en Egipto.
Los kuroi son estatuas votivas de los atletas triunfadores en los juegos. Están totalmente desnudos. Sus labios permanecen cerrados, llevan larga cabellera, dispuesta radialmente y terminando en rizos sobre la frente. En su rostro se percibe una sonrisa llamada arcaica, que da vida a estas rígidas figuras. Es fácil observar la derivación de modelos egipcios. Los brazos se pegan al cuerpo y las extremidades inferiores, aun cuando se dispongan en plan de marcha tienen las plantas adheridas al suelo. Observan la ley de la frontalidad, según esta ley el cuerpo queda dividido en dos mitades simétricas, pero libres en su movimiento.

Evolución de los Kuroi

Las korai, estatuas femeninas, aparecen vestidas, envueltas en una larga y ceñida túnica (jitón), encima de la cual hay un ancho manto (himation) o un corto chal (peplo). Estas prendas forman infinidad de pliegues. Suelen tener una mano libre y la otra la llevan a la cadera con la que se levantan coquetamente el vestido. En el rostro muestran la misma sonrisa arcaica que los kuroi y el pelo cae en largas trenzas dispuestas en zigzag.





Transición al clasicismo
Primera mitad del siglo V a.C.

Los artistas tratan de dar a sus figuras el movimiento natural de la vida y su verdadera configuración anatómica. Su obra representa un estilo menos inflexible que el de las esculturas arcaicas, pero sin la natural movilidad de las obras típicamente clásicas.
Obras importantes:El auriga de Delfos, Frontón del templo de Zeus en Olimpia y Los Tiranicidas






Época Clásica
Segunda mitad del siglo V a. C.

Mirón, Policleto y Fidias son los grandes escultores del clasicismo que persigue dos objetivos: la perfecta imitación de la naturaleza, especialmente en el tratamiento del cuerpo humano y una representación idealizada del hombre.

Mirón es cronológicamente el primer escultor clásico. Es un broncista. Estudia el movimiento potencial, sin violencia. Su obra más famosa es el Discóbolo. Aunque maravilló a sus contemporáneos apartándose de la representación de un atleta en reposo, hay algunas reminiscencias arcaicas: el cabello sin relieve, la inexpresividad del rostro que no se corresponde con la acción y la frontalidad.





Policleto fue un gran teórico de la escultura. El cuerpo humano para él era número y proporción. Cada una de las partes del cuerpo debía tener unas dimensiones adecuadas para componer el conjunto armónico e ideal.
 Tales teorías están plasmadas en su Doríforo (portador de lanza). Pese a su aparente naturalismo hay mucha reflexión en esta estatua, sus grandes líneas obedecen a trazados geométricos en un afán de definir abstractamente la figura. También es novedoso el modo de mover la figura, conforme a la fórmula del contraposto que es la réplica definitiva al frontalismo.



El Diadúmenos probablemente encarna a Apolo en el momento de colocarse la tenia del triunfo. Carece de la dureza de planos del Doríforo y está más movido.



Fidias es la figura máxima de la escultura griega. Nacido en Atenas desde la mitad del siglo V se encontraba al frente de los trabajos del Partenón, gozando de la plena confianza de Pericles.
Su estilo está basado en figuras de actitudes pausadas, expresiones serenas y una cierta solemnidad. A estas características se une la calidad del modelado de los pliegues de los ropajes con una técnica conocida como paños mojados.
Su obra más importante es la decoración de las diferentes partes del Partenón: los frontones, las metopas y el friso que rodea la cella.
El frontón oriental representa el nacimiento de la diosa Atenea y en el frontón occidental Poseidón disputa a Palas Atenea la posesión de la ciudad.

Las noventa y dos metopas representan principalmente los combates que hubo que librar el rey de Atenas, Teseo, con gigantes, amazonas y centauros para apartarlos de la ciudad.
El tema del friso que rodeaba la cella son las Panateneas, procesión de todo el pueblo de Atenas hacia el templo de su diosa protectora llevándole toda clase de ofrendas en el día de su festividad.
También realizó Fidias diversas estatuas de las que sólo tenemos referencias literarias como la Atenea Lemmia, encargada por los ciudadanos de Lemmos para colocarla en la Acrópolis de Atenas; La estatua gigante de quince metros de altura de Palas Ateneas que se encontraba en el interior del Partenón realizada en la técnica criselefantina (oro y marfil); también de oro y marfil era el Zeus que hiciera para el santuario de Olimpia, del que nos dan idea las monedas. Estaba sentado en un trono y henchido de majestad.
La influencia de Fidias es perceptible en numerosas figuras de esta época como los relieves que decoraban la balaustrada del templo de Atenea Niké en la Acrópolis, hechos ya en las postrimerías el siglo V. El relieve de la Victoria que se ciñe la sandalia presenta una insuperable maestría en la utilización de la técnica de los paños mojados usada por Fidias.






Periodo Clásico tardío
Siglo IV a. C.
Tras la derrota de Atenas en la guerra del Peloponeso (404 a. C.) es evidente la crisis de la polis clásica. Los griegos quedan desencantados de los viejos ideales del siglo V. En la escultura se refleja también un estilo más libre y subjetivo frente a la idealización del siglo anterior.

Praxíteles era ateniense. Su arte representa la gracia. Modela sus figuras en mármol o bronce, componiendo formas blandas, suavizando las líneas con curvas delicadamente bellas. El claroscuro tiene un papel importante en su arte. El peinado se hace con grandes mechones, acentuándose el contraste lumínico, diferenciándose de los peinados planos arcaicos y del siglo V.
Sus obras son figuras de dioses pero sus modelos son hombres y representan seres humanos. Así por ejemplo, Friné fue para él una amante y modelo para su máxima creación femenina: la Venus de Cnido.
Sus figuras masculinas tienen un sabor femenino. En ellas gusta Praxíteles de arquear abiertamente el cuerpo, abriendo larga curva. Así ocurre en el Apolo Sauróctonos. El dios está apoyado indolentemente contra un árbol y se dispone a matar a un lagarto.
El modelo masculino más importante de Praxíteles es el Hermes. La estatua representa una escena en la que Hermes con una expresión afectuosa ofrece con su brazo ahora mutilado un racimo de uvas, que el niño Dionisos deseaba coger, indicando sus futuras inclinaciones a la bebida.





Scopas era original de Paros. Es característico en él su capacidad para revelar las interioridades del alma, como el amor, la sensualidad, la nostalgia, la inquietud,… Tuvo predilección por las representaciones más trágicas. Este ideal aparece expresado en su Ménade, que se halla poseída del furor dionisiaco; en ella vemos su tendencia sensual al abrir provocativamente los vestidos. Otra de sus obras importantes es el Meleagro, en cuyo rostro se ve la expresión trágica anunciadora de su próxima muerte. Para conseguir este patetismo, Scopas hunde los ojos y los inclina hacia arriba, entreabre la boca, que se dispone anhelante y dispone el peinado en mechones abultados y claroscuristas.



Lisipo es el tercer gran maestro del siglo IV, estableció un nuevo canon más estilizado que el de Policleto consistente en el alargamiento de los miembros y la reducción de la cabeza, que es una octava parte de toda la altura.
Posee estas características el Apoxiomenos que representa a un atleta desnudo, con los brazos extendidos hacia adelante, en actitud de quitarse del cuerpo con el estrígiles el aceite que se había dado para competir.
Sus representaciones son preferentemente masculinas como el Ares Ludovisi que aparece sentado en una postura de cómodo naturalismo, impropia de la seriedad de un dios. Su Hércules Farnesio, pese al abultamiento de sus músculos, es también de proporciones lisípeas.
Otra faceta del arte de Lisipo son sus retratos. Fue el retratista oficial de Alejandro Magno del que se le atribuyen diversas cabezas.




Helenismo
Del siglo III al siglo I a. C.

Tras la muerte de Alejandro Magno la escultura experimentó importantes cambios que obedecían a transformaciones políticas y sociales y a la búsqueda de nuevas formas de expresión.
Una vez conseguidos el virtuosismo y la perfección técnica, los artistas se lanzan a la búsqueda de nuevos temas (cotidianos, extranjeros, grotescos,…) y al interés por representar emociones y estados de ánimo que suponen un alejamiento del idealismo de la época anterior.
Abundan las esculturas pero por lo general se desconocen la fecha y el autor.

La escuela de Atenas es la más tradicional, continúan haciéndose obras de imitación de Scopas, Praxíteles y Lisipo, como el Pugilista o el Torso de Belvedere. La influencia clásica también es visible en la Venus de Milos.

La escuela de Rodas destaca por sus obras barrocas llenas de movimiento como la colosal Victoria de Samotracia, representación alada de la Niké antigua, concebida aquí con soberbio naturalismo. Se apoya en la proa de un navío, que levanta a la estatua y la hace más airosa. Los pliegues se ciñen, transparentes, al bellísimo cuerpo, ondeando por los lados como pabellón marinero.
El grupo de Laoconte nos recuerda el pathos scopásico. Es una obra del siglo I a.C. y es toda una síntesis de las tendencias helenísticas. La obra representa el momento en que dos serpientes se enroscan al cuerpo de Laoconte y sus hijos castigados por Poseidón por recelar del caballo de Troya. Por lo tanto el tema de la obra es la representación del dolor. Es maravillosa la unidad de líneas, la unidad psicológica y la unidad plástica de esta composición.
La escuela de Pérgamo. Pérgamo era la capital de un sólido imperio helenístico en el Asia Menor. Entre sus obras importantes están las representaciones de los galos o gálatas, pueblo bárbaro que intentó invadir el imperio. Pero la gran creación de Pérgamo esel Altar de Zeus y Atenea erigido en el siglo II a. C. El tema elegido para decorar el friso del altar es la gigantomaquia (lucha de los dioses contra los gigantes). La técnica escultórica revela la influencia de Scopas, en esas caras de mirada visionaria y boca anhelante.

La escuela de Alejandría fue uno de los núcleos fundamentales de este periodo. Allí el paisaje antropomórfico griego logra una de sus más características representaciones en el famoso grupo del Nilo

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